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Plantean a iglesia aceptar que sacerdotes tienen impulsos sexuales

Publicado: 2013-10-13

El caso del ex obispo castrense Guillermo Abanto, y de Gabino Miranda, de Ayacucho, colocan sobre el tapete un tema que la Iglesia Católica, y tal vez otras confesiones religiosas no quieren abordar: el ejercicio de la sexualidad al interior de sus organizaciones.

¿Tiene que admitir la iglesia católica que la castidad y la represión sexual no funcionan como condición para ejercer el oficio de sacerdote o autoridad eclesial? ¿Evitaría la práctica de la pedofilia o la paternidad de los curas, que además no quieren reconocer a sus hijos?

Comparto con ustedes la entrevista que le hice a la Dra. Carmen Gonzáles, y que salió publicada hoy en la agencia Andina.


(ANDINA). La iglesia católica tiene que sincerarse y aceptar que los sacerdotes, como todos los seres humanos, también tienen impulsos sexuales que no pueden detener con la práctica religiosa, sostuvo hoy la psicoterapeuta Carmen Gonzales.

La presidenta del Centro de Promoción por la Vida (Ceprovi) refirió que la curia católica atraviesa por un momento que puede servirle para reflexionar y revisar si la castidad como condición para la práctica religiosa es un ideal que se ajusta a la realidad porque, al parecer, no siempre se cumple.

"La realidad nos dice que existen sacerdotes que tienen familia. En las ciudades y pueblos de las provincias es normal que eso ocurra, inclusive la sociedad acepta esa situación. Estamos viendo que la represión de la sexualidad no funciona siempre", manifestó al referirse al caso del exobispo castrense Guillermo Abanto Guzmán, sobre quien pesa una demanda por paternidad, y al exobispo de Ayacucho, Gabino Miranda, acusado de pedofilia.

En declaraciones a la agencia de noticias Andina, la psicoterapeuta sostuvo que la iglesia católica tiene que admitir con humildad que no es fácil transformar el impulso sexual en emociones sublimes que, seguro, hombres excepcionales lograron y logran en estos tiempos.

"El impulso sexual es más fuerte que el sentimiento religioso, y es el que permite la reproducción de nuestra especie, que continuemos en la tierra. Creer lo contrario, es soberbio", comentó.

Por eso, agregó, la iglesia tiene que preocuparse por la salud mental y emocional de sus sacerdotes y autoridades eclesiales. Sólo así, dijo, se evitará el nacimiento de niños y niñas no deseados y agresiones como la pedofilia.

"Si una persona tiene salud mental y emocional, el ejercicio de su sexualidad será igual, pero si es perturbada, su sexualidad será vivida de esa manera. La sexualidad humana responde al mundo interno de la persona, y los casos de paternidad y pedofilia en la iglesia católica nos revela el ejercicio de una sexualidad que no es sana", explicó.


Escrito por

Susana Mendoza Sheen

Revelar la existencia de servidores públicos con vocación de servicio, es una forma de conjurar la desconfianza que se tiene del Estado.


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La peor de todas

Un blog de Susana Mendoza