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Regina Alcóver: “Tengo un gran respeto por la vida”

Publicado: 2013-02-01

En esta entrevista, Regina Alcóver no es mamá de nadie ni pareja de nadie. Es ella. Se enoja menos, sigue siendo una mujer vital y optimista. Aprendió a desapegarse de los afectos, de los objetos, de clichés, de todo aquello que la haga menos humana y alimente solo su ego. Está feliz con sus años, su rostro, el tiempo que deja señales en su piel. Después de 40 años, vuelve a ser protagonista de un programa de televisión. Derecho de Familia. Regresa para compartir sus ganas de vivir.

¿Ha sido difícil ser Regina?

No ha sido difícil conocer a Regina, ha sido bueno ir cambiando, crecer con los años, entender que la vida significa un cambio permanente. A Regina la he re educado. Vivo con lógica.

Verse a si mismo no es fácil…

No es fácil censurarse, es difícil reconocerse errores, criticarse con una enseñanza y hacerse caso. “Quiero ser mejor” “Quiero cambiar” “Quiero hacer cosas por mí”…

¿Cuál es tu visión de la vida?

Hace siete años practico una filosofía de vida que comparto de “corazón a corazón”, es humanismo puro, llegó a mi cuando viví en Argentina durante mi último matrimonio. Buenos Aires tiene una mística muy especial, y no se por qué. No lo he descubierto, se que amo sus calles, sus medias lunas, sus cafecitos…

¿Qué aprendió de esa filosofía?

Se parece a la psicología, a mi me interesa el alma humana, el valorar la vida lo maravillosa que es.

¿Y qué de maravilloso tiene la vida?

El desapego. Eso aprendí, eso es lo que he trabajado. Mi hijo vive en un avión y mi hija vive en Boston, casi no los veo, y soy muy feliz.

Eso es difícil para una mamá…

Es difícil aceptar que tus espacios fueron cambiados por otros: amigos, familia y es lo lógico. Es la vida, pero no se entiende. Y cuando empiezas a descubrir tu esencia, a entender al otro, empiezas a comprender lo que es el desapego.

¿Tiene vocación de servicio?

Si, y mi personaje de “Derecho de familia” tiene eso de mi. En la radio la practico, las personas que me ven en el teatro o la televisión me tienen a la mano porque llaman por teléfono y hablan conmigo como si fuera su hermana, su mamá, su amiga ¿Se imagina? ¡Es un regalo de la vida, mis ganas de vivir, las comparto con la gente!

¿Imaginó dedicarse a otra profesión?

Hubiera querido ser médico, psicóloga o pediatra; pero fui guiada por mi madre, abuela y bisabuela para hacer teatro. No tuve tiempo para estudiar. Lo hacía en mi casa, con una profesora maravillosa que se llamó Rosa Albán Barreto.

¿Qué recuerda de ella?

Que era muy recta y severa, era maestra de una escuela fiscal, me enseñó todos los cursos y hasta segundo de media. No puede estudiar más por mi trabajo en la televisión.

¿No pensó en estudiar ahora?

Si, pero lo que pasa es que la vida me sorprende. A mi me costó regresar de Argentina, enfrentarme a mis fantasmas y a que me dijeran “un fracaso más en el matrimonio” Pero hay fracasos exitosos, y en la vida las dificultades son perfectas, porque son oportunidades.

¿Por qué fracasa una relación de pareja?

Es un cliché hablar de “fracaso”. En verdad son experiencias. A veces se producen problemas de comunicación, no se respetan espacios, no se entienden códigos. Un matrimonio es una negociación constante, y eso uno lo aprende cuando ya se separó.

¿Cuándo empezó sus cambios, en la base 5?

Empecé a sentirme plena a los 30 años. Ya era mamá de Gian marco, tuve a mi segunda hija, Mía, que es hermosa y me acompañó durante 24 años. Viene ahora para cantar conmigo. Me hizo una promesa.

No usa su apellido materno…

No, me siento muy orgullosa de llevar el apellido de mi papá, en su memoria. Él marcó mi vida. Murió cuando tenía 4 años. Lo recuerdo perfectamente. Me afectó mucho. Inclusive inventé que mis padres se habían divorciado para no sentir la tristeza de su ausencia. Pude soportarla por el amor que recibí de mi hermana, mamá y abuela. Luego, cuando murió ella, mi abuela, una tía se me acercó y me dijo que tenía que hacerme cargo de mi madre. Tenía 12 años.

¿Se corrió de ese mandato?

No, creo que fue carmático. Las mujeres de mi familia son decididas, independientes, fuertes. Y siempre fui optimista, vital y alegre. Ahora soy menos vehemente, analizo más las cosas, me enojo menos, porque sobre todo tengo un gran respeto por la vida.

¿Extraña una pareja?

Tengo tantas cosas que hacer, que no me hace falta extrañar. Aprendí a quedarme con lo mejor de cada relación. Todo te enseña.

¿Le da penita vivir sola?

Para nada, estoy feliz. Ya no me soporto, ahora me siento cómoda conmigo misma, porque todas las preguntas y todas las respuestas están dentro de uno.

La entrevista salió publicada en el Suplemento Variedades 25.01.13


Escrito por

Susana Mendoza Sheen

Revelar la existencia de servidores públicos con vocación de servicio, es una forma de conjurar la desconfianza que se tiene del Estado.


Publicado en

La peor de todas

Un blog de Susana Mendoza