#ElPerúQueQueremos

El hombre que hizo llorar a los machos

Publicado: 2012-08-02

Conocí a Pedro Otiniano en mayo del 2,010. Lo llamé por teléfono una mañana para entrevistarlo porque Lucho Barrios acababa de morir, y ellos habían sido muy amigos. Al día siguiente, apareció en la misma redacción del diario El Peruano, donde trabajo. Me sorprendió verlo, y bajé medio enojada porque yo no lo había convocado para ese día, si no para otra fecha. Pero la sonrisa de oreja a oreja con la que me recibió, su estatura (porque era alto, y yo me lo imaginaba un viejito rechoncho) y sus ojos verdes chispeantes, enamoradores, doblegaron mi mal genio. “Susanita, no te molestes, pero como vivo cerca, dije para qué esperar. Soy así”. Y así fue, conversamos como loros, y me reí mucho más por su gran sentido del humor.

La entrevista salió publicada en el Suplemento Variedades del 31 de mayo del 2,010.

Comparto la versión completa.

¿Tiene 73 años, quisiera tener menos edad o está contento?

Me gustaría tener menos edad. Tengo varias chibolitas pero no tengo con qué lavar la ropa.

Felizmente tiene sentido del humor…

Siempre cuento mis chistes. Me gusta el espectáculo. Debuté en el año 46 en radio mundial. Tengo 63 años cantando. Pero es verdad, tengo sentido del humor porque me río de la vida y me burlo de la gente.

Ha tenido una vida intensa…

Todavía me falta. Me he vuelto a enamorar, pero de una chica de 22 años. Es fregado enamorarse a esta edad.

Es un eterno romántico

Recontra romántico.

¿Y no ha encontrado la mujer de su vida todavía?

No. Me hubiera gustado casarme con una cantante, una artista como yo, porque son incompatibles las mujeres que no son artistas. No lo entienden a uno.

¿Cuál ha sido su tipo de mujer?

Alta, pelo largo. Tuve una chica argentina a la que le decían Cleopatra porque usaba cerquillo. Tenía unas bellas manos. Pero nos separamos. Ella regresó a su país, y yo me quedé acá.

¿Se siente satisfecho?

Estoy tranquilo. A raíz de mis enfermedades ya no tengo muchos amigos, me acuesto temprano, a las 10 de la noche. No fumo, no tomo, no hago nada malo.

Usted era muy amigo de Lucho Barrios…

Durante cincuenta años. Entre los dos, teníamos 120 años cantando. Me he enterado que presentía su muerte.

¿Don Pedro, ha cuidado su voz?

No mucho, soy autodidacta. Ahora enseño la impostación de la voz, y la técnica de la respiración. He grabado un CD de aprendizaje para la juventud que quiera aprender a cantar.

¿Es bueno impostar la voz?

¡Claro! Porque en vez de cantar 20 años, cantas 40. Uno guarda su aire en el diafragma, y luego lo va dosificando.

¿Es verdad que a través de la voz se conoce cómo es una persona?

A mi conocen hasta de espaldas. Una vez me hice pasar por Jesús Vásquez. Pero es verdad, por el tono de voz se sabe cómo es una persona como por su mirada también.

¿Imaginó ser el cantante que fue?

No, nadie me dijo ándate a Madrid o Italia. Ese era mi sueño a los 18 años. Pero por mi trabajo he conocido muchos países.

¿Ha sido un hombre ordenado con su vida?

He ayudado mucho al prójimo. Tuve dos hijos africanos, uno de 10 y el otro de 11 años. A través de World Vision les enviaba 22 dólares cada mes. Nos comunicamos por carta hasta el año pasado. Voy a retomar el contacto.

Es generoso…

Lo he sido toda mi vida, a veces les llevo ropa, zapatos o víveres a los viejitos. Los visito, y las viejitas me saludan y me besan. Eso es para mí una satisfacción, mi alma se llena de felicidad. Son mi fans.

¿Le hubiera gustado ser cura o misionero?

Misionero, tal vez. Pero me hubiera encantado estudiar idiomas. Ahora estoy aprendiendo el Ave María de Schubert…

¿Qué tiene que ver con los idiomas?

…espérese, pues ¿está apurada? Lo que pasa es que quería contarle que he cantado en tres iglesias…”Cuando un amigo se va, cuando un amigo se va”. Esa canción le canté a Lucho Barrios en la iglesia. A mi me gusta cantar frente a los santos y la cúpula, y como canto fuerte al cura le saco la mugre.

¿Su familia fue de origen popular?

No, mi papá era corredor de alhajas, ojo, pero no se corría con las alhajas sino que las vendía, y mi mamá fue ama de casa. Como fui el menor de sus hijos, siempre la acompañaba. Ella limpiaba, y cantaba. Nadie me enseñó a cantar, ni las letras de las canciones tampoco. Tenía buen oído. En casa había una radio que parecía una catedral, había que golpearla para que funcionara, y yo escuchaba las emisoras de moda como Central, Colonial, Reloj, y aprendía las canciones de un día para el otro.

¿Le gustaba la música de la nueva ola, la bailaba?

Era más malo. Yo soy trome, hasta ahora, bailando vals y bolero. Cualquier día le enseño a usted si quiere. Lo demás, ya no sé.

¿Alguna vez le interesó la política?

Nunca. Recién ahora de viejo veo todo lo que hay. Pero imagínese, tengo más de 2 millones de “otinianistas”. Todas las mujeres que tienen más de 45 años, son mis hinchas. Ellas votarían por mí.

¿Es papá?

Tengo tres hijos. El mayor tiene 48 años, y es de nacionalidad australiana. El segundo, tiene 40 y se ha nacionalizado norteamericano, y el que vive conmigo, Pedro, que tiene 32 años.

¿En su juventud hizo sufrir a las mujeres?

Creo que a la mamá de mi segundo hijo, debí tratarla mejor. Me jaló la bohemia, los amigos. Muy bohemio fui. Ahora viejo me doy cuenta que eso no me llevó a nada, y más bien gasté mi plata.

¿Qué le gustaría rectificar?

Primeramente, me iría a Italia a estudiar, a la escuela de Milán; y viajaría a Brasil. Yo fui muy famoso en ese país, y no lo visité.

¿Tomó buenas decisiones en su vida?

No, no las he tomado. Y creo que mi mayor error fue no salir al extranjero. Me hubiera ido a México de joven, para quedarme allá. Se me ha pasado muy rápido el tiempo.

¿Se siente solo?

Me siento más solo que antes. Soy un hombre solitario, no hablo con nadie. Nunca me casé con la novia vestida de blanco, ni hice cambio de aros. Cuando me casé con la madre de mi hijo mayor, ella me esperaba en la municipalidad de Breña, ya estaba con sueldo adelantado…Uhmm, pero de niño fui muy feliz…

¿Qué recuerda?

Correteaba solito, robaba frutas, verduras. Yo sacaba camote con el pie. Entraba a la chacra de mi mamá, en Chorrillos, tenía mis chanchos. Fui copiloto del chofer de basura. Yo era el gringuito allí.

¿Es posible ser un artista, y una persona sana y ordenada?

La bohemia jala, y los amigos malogran.

¿Se siente orgulloso de ser peruano?

Me gusta ser peruano, pero no me gustan los peruanos. Me encantan los paisajes y la tierra del Perú. Además muchos peruanos se han aprovechado de mi arte. La asociación de artistas y compositores- APDAYC-no me paga. Todo el mundo tiene miedo. Yo nunca he bajado la cabeza ante nadie. Soy el único cantante que le hizo juicio a Jaime Delgado Aparicio, de Sono radio, y Augusto Sarria, de la disquera Odeón.

¿Siempre fue valiente?

Mi raza italiana no permite eso. Por parte de madre, mi familia es de Génova.

¿Qué es lo mejor que ha hecho en su vida?

Haber llegado a los 73 años, y sin deudas.


Escrito por

Susana Mendoza Sheen

Revelar la existencia de servidores públicos con vocación de servicio, es una forma de conjurar la desconfianza que se tiene del Estado.


Publicado en

La peor de todas

Un blog de Susana Mendoza